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    Seoul Station
    Críticas
    3,0
    Entretenida
    Seoul Station

    Seoul Station

    por Violeta Kovacsics

    El cine se volvió serial. Desde las películas de superhéroes, que se mezclan entre sí y que ofrecen continuidad de una a otra, a sagas como las de Crepúsculo, Fast and Furious o un clásico como La guerra de las galaxias. El cine se volvió, también, multipantalla, simultáneo y plagado de complementos. Mientras vemos una película como Jackie, podemos consultar Google, y buscar la imagen de Lyndon B. Johnson, jurando el cargo en el Air Force One. Podemos, también, ver dos películas que se corresponden, aunque sus formas sean, a primera vista, distintas. En Seoul Station, el director de animación Yeon Sang-ho filma el inicio de una epidemia zombie, la misma que retrataría en Train to Busan, la primera película de imagen real del director y un frenético blockbuster en el que mezclaba acción, entretenimiento y discurso (en verdad, los tres pilares sobre los que debería construirse cualquier blockbuster).

    Dicen que la historia del cine se ha convertido en la historia de la animación, pues incluso una película con personajes de carne y hueso como Train to Busan se gestaba sobre un potente trabajo por ordenador. En el caso de Yeon Sang-ho, la animación siempre le ha servido para ahondar en la violencia, como si el dibujo sirviera de filtro a la hora de mostrar las heridas que produce la crueldad. Era el caso de The King of Pigs, una compleja cinta sobre el acoso escolar, y de The Fake, en la que el cineasta ponía el foco en la iglesia y su poder.

    No hay sitio peor para protegerse de una avalancha zombie que detrás de las rejas de una cárcel. Un lugar al alcance de la vista y del tacto del no-muerto, ansioso por hincarle el diente a una víctima atrapada en un sitio al que no se puede acceder pero que está completamente a la vista. Ahí se encuentra una chica que hará lo posible para reunirse con su novio y con su padre. De fondo, hay un discurso que recorre también Train to Busan. En  ambas películas, se dibuja una sociedad con fuertes diferencias entre clases.

    Al final de Seoul Station, cuando la horda zombie desaparece, aflora la esencia del cine de Yeon Sang-ho. Un giro de guión permite al cineasta reafirmarse en se esencia. Se podría hablar de la obra animada de Yeon como un cine de la crueldad, un retrato de lo más oscuro de las maldades de la sociedad, que apela al espectador a puñetazo limpio. De ahí que la estética de sus películas de animación haya sido siempre sombría, de tonos sepia y azul, nocturnas y sórdidas. Y que al final de Seoul Station se insista en que el ser humano, vivo y consciente, es peor amenaza que un zombie.

    A favor: La capacidad de Sang-ho Yeon de adentrarse en los rincones más oscuros de la sociedad cruel y violenta que retrata.

    En contra: Que tarde demasiado en darle la vuelta al relato de zombies.

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