Crítica de SensaCine.com para Operación trueno: El Bond submarino

Con más de dos horas de metraje, cuatro chicas Bond, un amplio abanico de gadgets tecnológicos (autopropulsor de vuelo incluido), localizaciones en las Bahamas, profusión de secuencias submarinas pero también aéreas y unos malvados que quieren acabar con el mundo, 'Operación trueno' muestra por primera vez en la saga del agente secreto británico una clara conciencia de superproducción. La cuarta entrega cinematográfica de las aventuras de 007 recupera al director de la primera, Terence Young, para sancionar la naturaleza de espectáculo cinematográfico de gran presupuesto que ha acabado definiendo la serie.

La abundancia también se acaba convirtiendo en el peor enemigo de 'Operación trueno'. Más pendiente de la exhibición de escenarios exóticos, escenas bajo el agua y artilugios sorprendentes, lastrada por una trama que se alarga en exceso y sin un villano suficientemente carismático, a la película le falta esa chispa seductora y humorística que caracteriza a los mejores Bond.

A favor: La guarida del malvado, piscina con tiburones incluida.

En contra: Bond luce más el músculo que la ironía.