Crítica de SensaCine.com para Sólo se vive dos veces: La saga Bond se espectaculariza (más)

Con todos los elementos básicos de lo que se conoce como una película de James Bond ya bien asentados por 'James Bond contra Goldfinger' (Guy Hamilton, 1964) y refrendados en 'Operación Trueno' (Terence Young, 1965), la quinta película de la franquicia da las puntadas finales a la mitología del agente especial 007 con su radicalización exótica (la mayor parte de la acción trascurre en Japón) e introduciendo el concepto de guarida sofisticada y supersecreta para la malvada organización SPECTRA y su líder Blofeld, interpretado por Donald Pleasance. Por supuesto, la estrella Sean Connery ya interpreta a Bond con pasmoso y efectivo automatismo, haciendo creíble que en la época no se concibiera que otro actor pudiera hacerse con el personaje (la película fue presentada como la despedida de Connery de la saga, aunque todavía volvería a interpretar a 007 en dos ocasiones más).

Hija de su tiempo de carrera espacial, 'Sólo se vive dos veces' mira al espacio exterior como escenario bélico. Aunque parte de la novela homónima (la última sobre su creación que Ian Fleming publicó en vida), el guión escrito por Roald Dahl en su primer trabajo para el cine también introduce en la saga la afición a ir por libre respecto al material literario. Los diálogos de Dahl, precisos y ricos en dobles sentidos sexuales, unidos a la dirección funcional de Lewis Gilbert, contribuyen a terminar de perfilar el modelo de blockbuster bondiano ideal, con fuertes ráfagas de acción y aparatosas persecuciones por tierra y aire. El asalto final a la base de SPECTRA, escondida en el interior de un volcán, no sólo remite a cualquier copia o parodia ulteriores, sino que por sí misma es uno de los momentos más icónicos la longeva saga.

A favor: El tema musical de la película, compuesto por John Barry e interpretado por Nancy Sinatra.

En contra: La boda y "orientalización" de Bond suponen un bajón del ritmo narrativo justo antes del climax final que entorpece bastante la experiencia.