Esta es la primera película que dirige Camille Vidal Naquet.
A la hora de inspirarse, el director no se centró en el negocio de la prostitución, sino que buscaba hablar de alguien concreto: un hombre marginado, que viviera en la calle y que estuviera en busca del amor. Fue a través de ese personaje como llegó a la inspiración final.
El director se pasó tres años investigando sobre ladrones y marginados en París para poder escribir el guion definitivo para la película.