Tres ancianos viven como ermitaños en los bosque, alejados del resto del mundo. Mientras a su alrededor graves incendios acaban con la zona, ellos continúan con su vida. Pero su tranquilidad se ve sacudida con la llegada de dos mujeres: una octogenaria que ha pasado toda su vida institucionalizada erróneamente, y una joven fotógrafa que llega con la intención de entrevistar a los supervivientes de la región con los peores incendios de la zona. Esta es una historia sobre cómo los destinos se entrelazan, sobre cómo el amor puede surgir a cualquier edad y sobre cómo nueva vida puede surgir hasta en el más remoto de los lugares.
Persiste una vez que ha terminado esta extraña película, la cual transita por los pantanosos territorios de la melancolía, la 'feel good movie' gerontófila y la (postrera) aventura vital, una suerte de liberadora a la par que incómoda sensación de comunión con lo que nos ha contado. Eso que nos narra Y llovieron pájaros, surgido de un 'best seller' canadiense, algo así como las naturales y naturalistas temáticas de Thoreau aplicadas a la eutanasia, puede parecer carne de telefilme de sobremesa o de aquellas producciones (norteamericanas y británicas) que aprovechaban cualquier excusa argumental para reunir a un reparto de veteranas actrices y actores y dejar que se lucieran en una gran pantalla que cada vez les era más ajena, más isla solitaria en una taquilla dominada por productos para adolescentes y de mentalidad adolescente. Por fortuna, la película no es solamente eso (que lo es; lo...