Opiniones sobre Un verano con Fifí

ODIOSO VERANO

Llega el verano y no solo los adolescentes están emocionados, también los adultos, padres o no, tienen sus vacaciones, y algunos deciden pasarlo tranquilamente, descansando, viendo series y películas, tal y cómo yo hago (aunque no me vendría mal salir un poco), playa y piscina y tomar el sol, irte a una casa a disfrutar de la tranquilidad y quitarse por un tiempo la ansiedad y el agobio… Otros prefieren la fiesta, y nada más que la fiesta. No importa cómo quieras pasar las vacaciones, tienes que saber si estás disfrutando, entonces no será una pérdida de tiempo.

Y dentro de estos diferentes estilos de vida entran anécdotas, personas y emociones que pueden ser idénticas en diferentes ámbitos. Uno de ellos: el amor. Muy doloroso y a la vez bonito, tener a tu alma de verano, alguien que ya conoces y solo la veas cuando veraneas. O quizá alguien nuevo, inesperado, cómo una flecha, entra en tu vida y cambia tu verano radicalmente. ¿Y luego qué?

Siempre espero películas veraniegas para la estación más esperada, y muchas veces fallan en los intentos, pero cuando aciertan logran darme la alegría vacacional que necesito para aguantar estos tres meses insoportables. La veo y la escucho tranquilamente, disfruto cada segundo, cada escena. Lo seguiría haciendo si durara el doble de minutos. No siento nada irritante durante la proyección. Los diálogos son reflejos de muchos adolescentes (quizá yo me incluyo), perfectos. Los personajes son reales, repetitivos pero únicos, están dónde tienen que estar.

“Siento que estoy en el lugar adecuado en el momento adecuado”.
Me ocurren esas sensaciones que experimento los 365 días del año, esas vibras melancólicas pero esperanzadoras, motivadoras, reflexivas, que contienen de todo en un mismo vínculo, uno perfecto cómo ellos, Fifí y Stephane (Céleste Brunnquell y Quentin Dolmaire), gran pareja de personajes cómo de actores. Ella intenta escapar del estrés familiar e intentar buscar esa felicidad y él, yéndose de París (donde estudia) a casa de sus padres para despejarse y replantearse la vida de manera existencial.

Son éstas historias las que necesito en un verano caluroso, vacío y melancólico. Sin encontrar una vez más la felicidad. Una pareja que me reconcome por dentro y por fuera. Una pareja que podría ser pero no lo será. Quizá así sea lo mejor. Bonita y real.

RICARDO VALERO, AGOSTO 2023, ESPAÑA.