Película Hispanos francesa del 2022, de una duración de 85 minutos, con una valoración de 4/10, bajo dirección de Ibón Cormenzana y guión de Aérea Castro Andreu. Drama aventura. Ubicada en el campamento base del Annapurna (Nepal) la décima cumbre mas alta del alpinismo.
Con un argumento original se enfrenta por primera vez el cine hispano a una de la montañas más complejas y dificil de la tierra, el Annapurna de 8.091, con el reto de su actor de llegar a la cima y cumplir así una antigua promesa.
El largometeaje se rodó en condiciones extremas debido a las bajas temperaturas y a la dificultad del terreno esceneofricado, en el que para llevar a cabo el rodaje se contó con la ayuda del experimentado alpinista Jordi Tosas, así como con un equipo extra especializado en rodajes de alta montaña.
Al no recurrir a decorados ni a cromas, sino que se rodo en su gran mayoría en impresionantes montañas reales, ha permitido que la película destaque especialmente por su impecable puesta en escena, siendo la montaña un protagonista destacado de la película, junto a Javier Rey y Patricia López Arnaiz que se tuvieron que preparar física y tecnicamente, a los 3.000 metros en la que se realizo.
Sorprendentemente, la intensidad en los planos cortos y las situaciones más íntimas, desde el interior de la tienda de campaña a un impresionante primer plano de Patricia López Arnaiz.
La fotografía que tiene filme, no encauza a que se pueda disfrutar del embrujo y la indosincracia al limite de la alta montaña, aunque no hace falta apreciar en exceso ambas cosas para deleitarnos con esta epopeya de supervivencia entre el hielo y la piedra. Por desgracia, una buena ambientación no es lo único que se necesita para que una película funcione.
El guión se erige en tres esenciales pilares los fantasmas interiores, lo sentimental, y la aventura.
Cormenzana tiene buenas intenciones dando narrativa al rasgo sentimental desde la sobriedad, desde lo mínimo en un casi castrafubico espacio, con dos personajes y una encrucijada. A partir de ahí, la verdad que hay en cada personaje, sus sentimientos, emociones, actitudes ante la vida, trata de reflejarse desde el silencio, desde la expresión, la elipsis, el fuera de campo, desde lo que no se dice más que lo que se dice e un trabajo de contención. Por momentos, la película logra esa virtud de exteriorizar lo más profundo de la vida, lo más doloroso, sus tristezas y alegrías, de forma velada
Se sacrifica un diálogo real con la naturaleza, pide entonces un importante trabajo en la construcción de los personajes y las dinámicas de esta relación de compañerismo y complementacion. Pero en La cima las cosas están más contadas, que transmitidas: el importantísimo vínculo que se crea entre los dos protagonistas no está bien macerado ni determinado en suficientes detalles o matices que nos trasmita solidez.
No se puede negar que Javier Rey y Patricia López Arnaiz son dos grandes actores. Ambos nos han ofrecido a lo largo de su carrera grandes interpretaciones, y han dejado claro que son capaces de sacar adelante cualquier papel que se ponga en su camino.
La pareja protagonista acapara casi la totalidad del metraje, sin casi secundarios que respalden su trabajo, más allá de la citada montaña. Cada uno ofrece lo mejor de si mismo, poniéndose en la piel de dos personas que necesitan la montaña para seguir con sus vidas como si fuera heroína que engancha, duele, y mata, resultando la película casi como una exploración psicológica de ambos.
La cima es una película por lo general cumplidora y con un enfoque loable, pero le falta más complejidad y convencimiento y menos pose para realmente llegar a la meta tan alta que se ha puesto, pues se desperdiga un tanto ante faltarle tiempo para tanto tema.