Crítica de SensaCine.com para Sweet Home Alabama: Pijopaletismo

¿Qué pasaría si Carrie Bradshaw fuera en realidad una muchacha del sur profundo criada en un hogar de rednecks? Este es el punto de partida de 'Sweet Home Alabama', aunque en lugar de la protagonista de 'Sexo en Nueva York' tenemos a una sosias encarnada por Reese Witherspoon, una diseñadora de moda a punto de casarse con el hijo de la alcaldesa que vuelve a su pasado en Alabama para solucionar un asunto pendiente: divorciarse de su primer y oculto marido. A partir de aquí este nuevo intento de la Witherspoon de convertirse en la heroína de la comedia romántica adopta la estructura clásica de la llamada comedy of remarriage, esa subgénero dentro de la screwball comedy en que la protagonista se pasaba buena parte del film a punto de contraer matrimonio con un hombre para volver finalmente a casarse con su primer marido. Aunque está claro que Patrick Dempsey no es James Stewart, Witherspoon ni le llega a la suela de los zapatos a la Hepburn y, bueno, no le negaremos al atractivo a Josh Lucas, pero Cary Grant no tiene parangón. Para incondicionales de la comedia romántica y reivindicadores de la personalidad sudista.

Lo mejor: Algunos gags sureños.

Lo peor: ¿Alguien conecta realmente con Reese Witherspoon?