Opiniones sobre Passages

CORROER DESDE LA PASIÓN HASTA LA SOLEDAD

Cuánto amor estoy viendo últimamente. Lo envidio mientras que a la vez lo ignoro y rechazo. No sé qué creerme del amor ya, es tan bueno y tan malo a la vez que hipnotiza en la ignorancia, en la debilidad e ingenuidad. Pero también encuentras uno de los caminos de la felicidad dónde quizá sí que tienes un destino que hallar, un propósito que cumplir, dónde sí que le ves un sentido a todas esas preguntas. Pero hay más humanos, me cuestiono sí está mal amar a otros mientras amas a uno, no sabría qué responder a eso. Yo creo que todos nos sentimos solos, yo soy el primero, tanta gente a mi alrededor y no significa nada porque sigo teniendo la misma sensación de estar desprotegido y solo, aún no encuentro mi hueco pero tampoco me importa, no sé sí cuando lo haga será mejor o peor, espero que al menos esa sensación de vacío desaparezca de una vez.

¿SOY DEMASIADO NARCISISTA?

"Passages”, dirigida por Sachs, quizá no es su mejor película pero sí la más audaz y bizarra aún en una época que le falta un empuje de provocación para la normalización. Vemos a un exquisito Franz Rogowski dándole narcisismo, soberbia y a la vez una ingenuidad que necesita su personaje Tomas, mientras al no tan destacable pero muy importante Ben Whishaw, su elegante y sensual personaje Martin. Sin olvidarnos de la tentadora Adèle Exarchopoulos, tan preciosa y sensacional, la profesora Agathe.

Un triángulo amoroso contagiado por la toxicidad de Tomas, dónde nos pone a prueba de la diferencia entre el amor y el sexo, dos cosas que se pueden interpretar de maneras distintas, además de coincidir (aunque no es lo más importante ni tampoco el objetivo) en la fluidez sexual demostrada aquí y tan mal vista aún sonrojándonos a todos en el momento.

La trama resulta algo usual, no sale de su zona habitual, solo en momentos de pleno sexo pasional y enamoradizo dónde se salen por supuesto de lo trascendental. Sin embargo, gracias a Rogowski la película crea sensaciones empáticas y emotivas para el espectador hacía Tomás, ya que nos estira del brazo para estar con él todo el rato, sin saber sus siguientes pasos. Cada escena que vemos es aún mejor.

Sachs hace que veamos la película sin expectativas temporales, solo nos fijemos en el presente, añadiendo su valor a hacer una película que cruza algunos límites no vistos en el cine normalmente y sin miedo al ridículo. Es una muy buena película, de esas que nos hace pensar sobre los celos, la toxicidad, el narcisismo, deseos carnales con escasa empatía, dónde más acontecimientos ocurren y todo con la intención de ser coherente.


RICARDO VALERO, SEPTIEMBRE 2023, ESPAÑA.