Crítica de SensaCine.com para Dos duros sobre ruedas: Antihéroes sin cabeza

A veces, el orden natural de las cosas resulta fácil de predecir y sigue el plan previsto. 'Dos duros sobre ruedas' nació con madera de película de culto y, después de sufrir un calabro crítico y económico, la segunda vida del mercado doméstico y las noches en casa con amigos y drogas blandas la han encumbrado finalmente a dicha categoría. No le faltan méritos: para ser una película ligeramente futurista (rodada en 1991, ambientada en 1996), tiene un reparto (Mickey Rourke, Don Johnson, Chelsea Field) tan pegado a su fecha de realización como los neumáticos de las motos easyrideras que conducen al asfalto.

Pasemos al argumento de serie B testosterónica y sin problemas de censura. El par de proscritos urbanos roban un furgón blindado y se encuentran con un cargamento inmenso de una nueva droga química, que inmediatamente les será reclamada por su legítimo propietario con gran gasto de munición, miradas intensas y cuerpos humanos por el camino. Es una lástima que el chorreo de disparos constantes y puñetazos ocasionales no esté acompañado de mayor satirización de los arquetipos del macho chulo y fuera de la ley, porque eso reduce la capacidad de disfrute del film cuando simplemente se pierde en la elaboración de escenas de acción inverosímiles y chocarreras.

A favor: Su valor autoparódico es elevado...

En contra: ... pero depende demasiado de la voluntad del espectador.