Año 1883. El poeta Jacint Verdaguer -a los 38 años y acompañado de un guía- sube al Balaig: el pico más alto de la montaña del Canigó. Desde allí, la inspiración le lleva a la génesis del Cant Quart del poema Canigó: un viaje por el Pirineo en una carroza voladora, donde Flordeneu, el hada, seduce el caballero Gentil. La idea propicia una travesía por las cumbres más altas del Pirineo, llena de retos y pasajes sorprendentes que, años más tarde, ya mayor, el poeta rememora releyendo su obra capital, Canigó.