Crítica de SensaCine.com para Una proposición indecente: Un drama impotente

El británico Adrian Lyne quedó marcado por 'Nueve semanas y media' (1986) como el director de guardia de Hollywood en el terreno de los dramas de contenido convencional pero publicitados con una sensacionalista excusa erótica. 'Una proposición indecente' se amolda perfectamente al grueso de la filmografía de Lyne adaptando una novela de Jack Engelhard en la que un matrimonio con problemas económicos (Demi Moore y Woody Harrelson) decide aceptar el trato de un excéntrico millonario (Robert Redford) que ofrece un millón de dólares a la pareja por pasar una noche con la mujer.

Puede que la intención detrás del libro de Engelhard y la película de Lyne en algún momento fuera reflexionar sobre la contraposición entre el amor y el dinero, la felicidad y el materialismo o la suerte y el azar (la mayor parte de la película tiene lugar en Las Vegas), pero el resultado final se regodea en una superficialidad pasmosa a la hora de narrar la historia, sobre todo a partir del punto de inflexión en el que la pareja decide seguir adelante con la proposición de Redford (quien, estático y galán como él solo, es el mejor intérprete de todo el reparto). La germinación de las dudas, los celos y el odio en Harrelson está manejada con una plasmación tan torpe de la elipsis y el paso del tiempo, que todo el acto final en el que la distancia entre la pareja se acrecenta y empiezan a acelerarse los acontecimientos da la impresión de pertenecer a una producción mucho menos elegante y cercana a los códigos del telefilm sensacionalista. ¿Acaso es lo que 'Una proposición indecente' fue desde el principio?

A favor: La banda sonora de John Barry.

En contra: El inicio con las dos voces narradoras, herencia injustificada y aparatosa del original literario.