Sin noticias de Dios

El cielo tiene problemas, y es que el número de almas que entran al Cielo va en descenso, nadie pasa los exámenes de entrada, y las cifras indican complicaciones. El infierno, por el contrario, tiene una oleada de nuevos internos y los obvios problemas de espacio que esto provoca. Parece que la batalla entre el Bien y el Mal ha sido ganada por los malos, pero luz al final del túnel aparece cuando el Cielo recibe una petición: una madre ha pedido por la salvación del alma de su hijo, un boxeador de pasado oscuro, y al parecer es la última esperanza de que la balanza se incline hacia el lado celestial. Han de obtener el alma del boxeador para uno u otro lado, y así es como los ángeles más capacitados, de ambos lados, serán los encargados de decidir el curso de la Historia.