Flores de sangre

Lily y Pam tienen una relación algo especial de madre e hija, conformada entre idas y venidas de amantes, huidas y espectáculos en diversos clubs y cabarets. Lily ha mantenido la identidad del padre al margen de Pam, quien con apenas diez años ha iniciado su andadura por la música de forma autodidacta.

Cuando Lily pierde la custodia de su hija, su mundo empieza a desvanecerse al marcharse el único apoyo que tenía. Pasan los años y Pam, criada en un centro de menores, empieza a visitar a su madre. La persona que encuentra difiere mucho de aquella que la crió en los cabarets y rodeada de música.

Decide entonces volver a acompañarla de gira para intentar animarla. En una de esas escapadas, Lily y Pam conocerán a Clemente, un fotógrafo que desempeñará un papel importantísimo en la vida de ambas.