Crítica de SensaCine.com para ¡Este cuerpo no es el mío!: The Bitchie and the Beast

La confusión sexual derivada del travestismo por necesidad (como en 'Con faldas y a lo loco', 'Victor o Victoria' y 'Tootsie') o del intercambio de cuerpos por causas inextricables es uno de esos recursos cómicos que casi nunca falla. Ver la carrocería de Rob Schneider suplantando la de la reina de las animadoras de un instituto norteamericano podría rebasar el mero efecto humorístico y dejar al público en estado de shock. Pero hay algo en este cómico sin pretensiones que hace que caiga simpático: no proviene de la cantera SNL, no lo ha reciclado ningún director arty, a veces parece conformarse con ser el primo del pueblo de Adam Sandler... En resumen, no pretende ser cool además de divertido.

Aquí presta su carne al espíritu de una bitchie adolescente y así fuerza las tuercas de las convenciones relacionales en este tipo de películas: su mejor amiga se enamora de ella (¿o es de él?), su madre está a punto de cepillárselo, su hermanito aprovecha para vestirse de mujer y su novio acaba confesando que un cura le tiró los tejos. Eso sí, la transgresión no pasa de aquí y los pocos gags aprovechables se encuentran desperdigados en una comedia deslavazada que saca rédito de ideas mejor aprovechadas en otros films.

Lo mejor: El heterogéneo grupo de amigas que queda al final: la rarita, la gordita, la guapita...

Lo peor: Que Rob Schneider no dé para más...