Crítica de SensaCine.com para Carpool: Comedia familiar sin gracia

Carpool, todos al coche supone una comedia totalmente desfasada y fuera de época que en pleno 1996 extiende las formas de la comedia de los ochenta no tanto para reescribirla/cuestionarla/satirizarla/homenajearla sino para extenderla debido a que su veterano director, Arthur Hiller, quien durante los setenta y los ochenta fue capaz de dar forma a películas tanto en la comedia como en el drama muy interesantes, no logró en los noventa reciclarse. Continuó, como demuestra en esta película, trabajando unas formas de comedia cada vez más planas y convencionales, en este caso, basándose en la presencia del por entonces famoso Tom Arnold, incapaz de mantener por sí mismo la película ni de transmitir gracia alguna. A partir de aquí, Carpool nos introduce en el siempre cómodo, como producción comercial, terreno de la comedia familiar con toques de aventura y niños de fondo. Una pesadez de película, sin gracia y llena de lugares comunes.

A favor: Su duración, es corta.

En contra: Arnold y todo lo demás.