Crítica de SensaCine.com para Sangre fresca (Una chica insaciable): Vampiros de la Cosa Nostra

John Landis ofreció una nueva muestra de su afición a mezclar el género terrorífico no exento de salpicaduras gore con el humor socarrón e incluso autoparódico. Esta última dimensión recibe mucha más exposición en esta ocasión que en otros ejemplos como 'Un hombre lobo americano en Londres' (1981) gracias a una divertida fusión entre el género gangsteril con el cine de vampiros.

Anne Parillaud interpreta a una joven vampiresa que no-vive tranquila alimentándose de las yugulares de los mayores criminales de la ciudad. Sin embargo, cuando es interrumpida sin acabar de chuparle la última gota al capo mafioso interpretado por Robert Loggia, él también pasará a convertirse en un vampiro, con descacharrantes y terroríficas consecuencias para sus amigos y enemigos de los bajos fondos. Aunque los efectos especiales de los chupasangres resultan rudimentarios, su candidez colabora en el disfrute del espectáculo; pero el auténtico responsable es un Robert Loggia desatado, encantado de estar muerto y pasándoselo en grande con sus colmillos afilados y ojos fosforito. La subtrama romántica entre Parillaud y Anthony LaPaglia, mejor olvidarla.

A favor: La presencia de Tony Sirico, David Proval o el propio Loggia como gángsters muchos años antes de 'Los Soprano'.

En contra: A la película le cuesta despegar hasta que Robert Loggia se desmelena.