La máscara 2

Prescindible continuación, a destiempo encima (diez años después), sin apenas ningún tipo de gancho. No solo se deja notar, y mucho, la ausencia de Jim Carrey, el aliciente principal de La máscara de Chuck Russell, sino que aquí uno no encuentra por ninguna parte la gracia de un argumento saturado de efectos visuales bastante pobres.La excusa argumental utilizada para mantener a "la máscara" con vida resulta también bastante escasa: el protagonista masculino, animador en ciernes y con cierto complejo peterpanesco, es presionado por su esposa para concebir a un niño. Este, de momento, parece tener más que suficiente con su mascota Jack Russell, ejemplar que también acompañaba a Carrey en la anterior entrega. Por aquí no funciona la comedia, ni la integración del fantástico, ni la contextualización de entrada donde se nos presenta al mitológico hijo del dios Odín. Todo resulta bastante tóp