Crítica de SensaCine.com para Yo, Robot: Carcasa de 'blockbuster' vacía

El mayor pecado de 'Yo, robot' fue tomar el nombre de la obra de Isaac Asimov (muy) en vano. Titular igual que la reputada colección de relatos robóticos del autor de 'Fundación' lo que no tenía intención de ser nada más que un blockbuster de acción veraniego para el lucimiento de la estrella de turno (en este intercambiable caso, Will Smith) juega en contra de la película en todo momento. Pero, dejando de lado la complejidad de un referente al que se desatiende a la primera de cambio, el resto también queda muy por debajo de la anterior incursión de Alex Proyas en la ciencia-ficción, la magnífica 'Dark City' (1998). Todo lo que allí eran sugerencias y atmósferas fascinantes en su opresión distópica y neonoir aquí se transforma en una Chicago del futuro a medio camino entre el plagio del diseño de producción de 'Minority Report' (2002) y la concesión al product placement más descarado.

Lo peor es que el guión de Jeff Vintar y Akiva Goldsman no se limita a intentar construir un buen espectáculo de acción o un thriller con ritmo, sino que busca conectar con la profundidad de Asimov introduciendo poco originales reflexiones sobre la relación entre los hombres y las máquinas, el libre albedrío y la esencia de lo que nos hace humanos. ¿De verdad esperan que alguien llegue a interesarse por dichas cuestiones si son presentadas de esta forma tan burda?

A favor: Pese a todo, si no estuviera Will Smith para hacerla más digerible con su sorna, la película podría haber sido peor.

En contra: Es imposible tomar como entretenimiento ligero a un desastre que te grita su importancia a la cara.