Antes del rodaje de la película, cuando Leonardo DiCaprio estaba preparando su papel, decidió hacer una visita a Jane Russell para que le contara sus recuerdos e impresiones sobre Howard Hughes. Entre otras cosas, ella le contó que Hughes siempre conseguía lo que quería, puesto que era muy persistente, aunque siempre fue un hombre tranquilo. Jane quedó muy impresionado con la visita de DiCaprio.
En el año 2005, fue nominada, nada más y nada menos, que a 11 Oscars. Al final solo consiguió hacerse con cinco: mejor actriz de reparto, mejor montaje, mejor fotografía, mejor dirección artística y mejor vestuario.
La película recaudó cien millones de dolares, Martin Scorsese no había conseguido nunca arrasar de esta manera en la taquilla estadounidense.
El primer candidato para representar a Howard Hughes, no fue Di Caprio, sino Jim Carrey.
La película gastó, solo en vestuario, un presupuesto de dos millones de euros.