Crítica de SensaCine.com para Domino: Rebelde modelo

Domino Harvey, qué personaje más atractivo, sin duda. Hija del protagonista de 'El mensajero del miedo' Laurence Harvey y de una modelo británica, de joven abandonó el mundo de las pasarelas para trabajar como cazadora de recompensas. El malogrado Tony Scott, con la más que estimable ayuda de Richard Kelly en el guion, se acercó a la biografía de esta rebelde con rostro digno de portada del Vogue. Lejos del biopic típico, Scott convierte a Domino en una marginada vocacional cuyos motivos y razones nunca nos quedan del todo claros, diluidos en una estructura voluntariamente confusa.

A través de una puesta en escena que lleva al paroxismo los tics de la posmodernidad audiovisual (fotografía supersaturada, montaje espasmódico, angulaciones forzadas, velocidades alteradas, cámara afectada de Parkinsson, narración deconstruida...), Scott y Kelly dibujan un mundo en que la omnipresencia mediática diluye las fronteras entre fama y anonimato, leyenda y realidad, convencionalismo y marginalidad... En esta ceremonia de la confusión, solo los protagonistas, una familia disfuncional de cazadores de recompensas configurada por un afgano experto en explosivos, un venezolano desarraigado, un veterano a vueltas de todo y la propia Domino, parecen mantener una chispa de autenticidad. Excesiva en su concepción visual, 'Domino' sin embargo ofrece una de las miradas más delirantes (y por ello acertadas) a una realidad fagocitada por los mass media.

A favor: Todo aquello que tiene a ver con los medios de comunicación: la aparición de Latesha en el show de Jerry Springer proponiendo una taxonomía de subrazas, el reality de cazadores de recompensas, las referencias a 'Sensación de vivir', los "celebrity hostages"...

En contra: El estilo sobrecargado de de Scott.