Un sentido más político
por Virginia MontesTras abandonar la saga en el segundo episodio, el director Bryan Singer dejó tras de sí una herencia irremediable en los personajes y en los ambientes que contribuyó a configurar, aportando un poso filosófico y un tono crepuscular que intentaba conjugar la gravedad existencial con el cine de palomitas más desprejuiciado. La combinación, a pesar de ser un tanto peligrosa, funcionó a la perfección. De ahí las dudas de que se hiciera cargo otro director de la tercera parte. ¿Qué aportaría Brett Ratner? El resultado para muchos fue decepcionante, y lo cierto es que, aunque la película no alcanza el vuelo de sus predecesoras, 'X-Men: La decisión final', consigue ampliar el espectro y las intenciones de algunos aspectos que quedaban solo perfilados en anteriores entregas, por ejemplo, el elemento de crítica política, mucho más contundente y la creación de monstruos que genera la discriminación y el sentimiento de odio. Temas de candente actualidad que los guionistas supieron aprovechar para adaptar a sus circunstancias.
A favor: Los duelos mentales entre dos de los mutantes.
En contra: No todas las escenas de acción lucen por igual.