La luz prodigiosa

En los primeros compases de la Guerra Civil, Joaquín era un joven pastorcillo de Granada que vio en un campo el cuerpo de un hombre fusilado al que sus asesinos dieron por muerto. Con unos últimos suspiros de vida aún, Joaquín le ayuda a ponerse a salvo y le busca un refugio. Pasado casi medio siglo, Joaquín vuelve a su Granada natal en los años ochenta, interesado en averiguar qué fue de aquel señor al que salvó de la muerte.

Paseando por las calles le encuentra, y descubre que mendiga para ganarse la vida bajo el nombre de Galapago, aunque no recuerda quién es él ni nada de aquellos tiempos debido a su avanzada edad. Joaquín no se rinde y decide indagar a fondo en la identidad, llegando a pensar que el hombre al que salvó pudo ser Federico García Lorca.