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    Cry-Baby (El lágrima)
    Críticas
    3,5
    Buena
    Cry-Baby (El lágrima)

    Los cincuenta según Waters

    por Israel Paredes

    'Cry Baby (El lágrima)' puede considerarse como un cierto punto de inflexión dentro de la carrera de John Waters. Desde su debut en 1969 con 'Mondo Trasho' pasando por 'Pink Flamingos' o 'Vivir desesperadamente' hasta llegar a 'Polyester' y a 'Haispray' (entre estas dos últimas hubo siete años de separación) nos encontramos ante una filmografía que va más allá de lo independiente para adentrarse en el mundo más underground rozando en ocasiones con lo tolerable (según, evidentemente, quien valore). 'Cry Baby (El lágrima)' supuso un cambio de tendencia en su cine, manteniendo su concepto estético, su escatología, sus salidas de tono, su hipérbole de la realidad, pero, a su vez, transmitiendo una tendencia hacia una cierta normalidad cinematográfica. Esto no quiere decir que Waters, tras 'Cry Baby (El lágrima)' se fuera acomodando, pero sí que estilizó su estilo para acomodar su personal mirada hacia el mundo a nuevos parámetros visuales con una producción francamente mejor.

    En 'Cry Baby (El lágrima)' Waters crea una película cómica, irónica y nostálgica a partes iguales para narrar una parodia de ciertas películas de los cincuenta en la que jóvenes rebeldes se enfrentaban a jóvenes menos rebeldes, con rápidas carreras de coches, mujeres díscolas, rock and roll, y un amor imposible que pondrá a la pequeña comunidad en la que viven patas arriba. Una historia típica pero llena de encanto, con unos actores rozando la caricatura, con una reconstrucción visual más cinematográfica que real, como si Waters, para contextualizar Cry Baby (El lágrima) se hubiera fijado más en las películas a las que parodia que en la época real en que se desarrolla. Waters se estiliza pero sin dejar de ser él mismo en esta película de culto en la que Johnny Depp demostró, una vez más, su capacidad para construir personajes y en la que las presencias de Tracy Lords, Iggy Pop o Patty Hearst aportan un elemento extraño más a 'Cry Baby (El lágrima)'.

    A favor: La simpatía de la propuesta, su desinhibición.

    En contra: Que las rarezas de Waters pueden desvirtuar la propuesta.

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