Good : los secretos del rodaje

'Good' está basada en la obra de teatro de CP Taylor. "Good" se estrenó en Londres, en septiembre de 1981, con Alan Howard ('El cocinero, el ladrón, su mujer y su amante', 'El señor de los anillos: Las dos torres', 'El Señor de los Anillos: La Comunidad del Anillo', 'El Señor de los Anillos: El retorno del Rey') en el papel protagonista. El dramaturgo nació en Glasgow en 1929 y fue una de las principales figuras del movimiento artístico y social londinense de los años sesenta y setenta. Fue la última de sus casi setenta obras, el autor murió una semana después de su estreno, a los 52 años.

Viggo Mortensen protagoniza la película con un papel bastante alejado de los héroes de acción a los que nos tiene acostumbrados. Al solicitado actor le atrajo sobre todo el guión de John Wrathall. "Es un guión muy poderoso, muy bien escrito y perfectamente estructurado, anclado en la vida diaria de la gente y no tanto en los acontecimientos de la época", explica. Pero hubo también otro motivo: "Hace 25 años, al principio de mi carrera profesional, estaba en Londres para hacer una prueba y conseguir lo que debía ser mi segundo papel", recuerda. "No me lo dieron, pero aproveché para ver una obra de teatro, era "Good" y me impresionó mucho. Cuando tuve la oportunidad de interpretar el papel en el cine, me pareció interesante cerrar el círculo abierto hacía un cuarto de siglo".

El realizador Vicente Amorim reconoce que 'Good' está influida por las películas 'El conformista', de Bernardo Bertolucci, y 'Mephisto', de Istvan Szabo. Al igual que estos largometrajes, el suyo es la historia de un hombre tan decidido a tener éxito en una sociedad corrupta, que acaba atrapado por la corrupción. Siguiendo el ejemplo de estas dos películas, elementos visuales, decorados, vestuario e iluminación, subrayan que se trata de una historia simbólica, una parábola acerca de la conciencia, los actos y sus consecuencias. Según cuenta el director, "'Good' es una mirada muy particular a la vida de un hombre, a través de la cual se cuenta una historia universal".

En la fotografía han procurado evitar los recursos típicos de las películas de época: "No hemos intentado transportar al espectador en el tiempo", explica el realizador, "Esto podría ocurrir ahora y las referencias exageradas a la época solo esconderían su relevancia. Además, Alemania en los años treinta era increíblemente moderna". La productora Miriam Segal está de acuerdo: "Todo lo que aparece pertenece a ese momento, pero lo usamos de forma que parezca contemporáneo. La ropa, la iluminación, el color, todo". Y sigue diciendo: "A través del diseño intentamos apartar los lugares comunes que suelen atribuirse a este periodo de la historia"(...)"por eso hemos hecho un poco de trampa. Por ejemplo, no aparece ni un sombrero, y hemos tenido cuidado de que no se vean muchos vehículos".