Los cuarenta y siete samuráis

Basada en hechos reales, ésta es una historia de puro resarcimiento que habla sobre las obligaciones impuestas por un país, por la poderosa cultura de Oriente. Llevada a la gran pantalla por Kenji Mizoguchi, este largometraje trata la sobreacogedora historia de un grupo de 47 samuráis que se vieron obligados a convertirse en rōnin (samurái sin señor), después de que su señor Takuminokami Asano (Yoshizaburo Arashi) fuera forzado a cometer el ritual de suicidio por la agresión cometida hacia Kira Kozunosuke (Mantoyo Mimasu), un alto cargo judicial que intentó sobornarle. El nuevo líder, Kuranosuke Rishi, junto al resto de rōnin, ideó un plan para vengar a su señor. Los 47 samuráis decidieron esperar un tiempo para no despertar sospechas ante la justicia japonesa. Una vez resuelto el asesinato de Kira, todos y cada uno de ellos decidieron entregar la verdad a los altos mandos, por lo que, sin miramientos, fueron sentenciados a cumplir las ordenanzas de la justicia: abandonar este mundo a través del suicidio.