Crítica de SensaCine.com para John Rambo: Vuelve el héroe salvaje

Tras una temporada en la que su estela parecía haberse agotado (su presencia en films era ya muy esporádica y poco representativa), SylvesterStallone resurgió cual ave fénix de sus cenizas y retomó su trayectoria como actor/director con sendas películas en las que hacía resucitar a dos de los personajes más icónicos de su carrera: Rocky y Rambo. Después de más de veinte años, nos ofrecía una versión crepuscular de sus héroes. Ambos resultaban un tanto trasnochados pero, al mismo tiempo, también revitalizados, como si esta nueva posibilidad de redimirse frente a la pantalla les insuflara vida, ganas de seguir adelante. Los dos con las heridas que les había dejado el paso de los años, las decepciones, el haberse curtido a través los problemas y salido de ellos por sí mismos. Dos seres de otra época, vestigios del pasado, pétreos (Rocky más vulnerable que Rambo) y curtidos a base de mil batallas.

John Rambo es una película de combate, de guerrilla en todos los sentidos, repleta de contundencia y rabia. Nos encontramos con un Rambo reconvertido en cazador de serpientes, intentando llevar una existencia pacífica hasta que de nuevo el horror llama a su puerta, esta vez de la mano de unos militares asesinos que han secuestrado a un grupo de misioneros cristianos en medio de un escenario de represión. Stallone plantea esta última aventura de Rambo como una sangrienta y subversiva obra repleta de saña y revulsión. Su estilo es seco, contundente y colérico, y la voluntad de Stallone es devolverle al espectador la sensación primitiva de violencia y brutalidad, consiguiendo quizás la mejor película de toda su carrera.

Lo mejor: Comprobar la resurrección de Stallone cuando ya le creíamos acabado.

Lo peor: Que uno no pueda dejar de mirar la cara de Stallone y sus implantes de bótox.