Crítica de SensaCine.com para El principiante: Poli joven, poli viejo

Tras la buena recepción crítica que cosecharon Bird y Cazador blanco, corazón negro, ambas basadas con libertad y voluntad crítica en las dos existencias reales, la del virtuoso saxofonista de bebop Charlie Parker y la del cineasta John Huston durante los preparativos del rodaje de La reina de África, Clint Eastwood, el último director clásico, rodó en 1990 la menos interesante El principiante, donde se mete en la piel de un papel frecuentado en su trayectoria como actor, un policía veterano que se habrá de juntar con un aprendiz de agente, encarnado por Charlie Sheen, para capturar a un peligroso delincuente al que da vida Raul Julia. Lo que le interesará a Eastwood será ese encuentro entre veterano sabio y rígido y joven inseguro y flexible y los intercambios que se producen entre ambos, así como sus  evoluciones consiguientes.

El principiante es una cinta efectiva, con interpretaciones convincentes, pero que no posee el interés y el nervio de otros títulos de Eastwood. Evidencia sus intenciones alimenticias en previsión para financiar su posterior proyecto, Sin perdón, pero resulta poco original en sus planteamientos y desarrollo, al mismo tiempo que se articula sobre clichés y tópicos muchas veces vistos.

A favor: Su eficacia como cinta de entretenimiento.

En contra: Su falta de originalidad y que se sustenta en los tópicos más manidos del género policíaco.