Crítica de SensaCine.com para Hana-bi (Flores de fuego): Poesía pictórica

El estilo narrativo de Takeshi Kitano ya estaba del todo depurado y asentado al alcanzar su séptimo largometraje; de hecho, es curioso cómo el cine de Kitano ha parecido tener siempre todas las cosas claras hasta sobrepasar la decena de películas y empezar a experimentar con dudas y titubeos creativos. Pero en 'Hana-bi' no hay nada de eso, sino la peculiar mirada privilegiada de un narrador muy personal y la entrega absoluta al balanceo de precisas imágenes estáticas mediante la hermosa banda sonora de Joe Hisahishi. Con sus películas anteriores Kitano ya había obtenido gran reconocimiento (particularmente con 'Sonatine'), pero 'Hana-bi' y el León de Oro que ganó en el festivald e Venecia desataron la locura internacional y la rendición ante su filmografía.

En un planteamiento típico de Kitano, él mismo interpreta al protagonista, un detective de policía con malas pulgas pero un gran sentido de la lealtad y el honor cuya mujer está enferma de leucemia. Decidido a pasar los últimos días de vida junto a ella de viaje, atracará un banco e irá eliminando uno a uno a cada pandilla de yakuzas que acudan a acosarlo, mientras su mejor amigo, imposibilitado en silla de ruedas tras sufrir una emboscada, se dedica a pintar maravillosos dibujos que ejercen como cortinillas de la narración. El silencio, la quietud, el humor bobo, la violencia cruda y resortes propios del cartoon se despliegan mostrando todo su esplendor en una de las mejores películas, si no la más redonda, del gran cineasta japonés.

A favor: El final.

En contra: Que no haya incluso más dibujos.