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    Capitán Conan
    Críticas
    4,5
    Imprescindible
    Capitán Conan

    Drama bélico magnífico

    por Rodolfo Sánchez

    Casi diez años después de su espléndida La vida y nada más, Bertrand Tavernier rodo Capitán Conan. Ambas obras conforman un díptico antibelicista magnífico, las dos irregulares, pero dos sendas propuestas que muestran cómo acercarse a un tema en apariencia manido, el bélico de denuncia, podríamos decir, desde una postura personal, jugando con los elementos comunes del género pero sin caer en lugares comunes. Así, Tavernier narra una historia algo olvida, al menos para el cine, la del Ejército francés de Salónica, a partir de la novela de Roger Vercel, que tras terminar la Primera Guerra Mundial, quedo varado en los Balcanes combatiendo sin saber que su lucha ya había finalizado. Este ejército, conformado por hombres de baja condición social, reclusos... fueron carnaza bélica, arrojados a misiones suicidas encabezadas por el capitán que da nombre a la película, un hombre autoritario, demente, que se enfrentará al teniente Nobert. Tavernier toma esta historia para construir un alegato no solo en contra de la guerra sino también sobre el poder desmesurado, sobre el totalitarismo dentro de un ejército que en teoría pertenece a un país democrático, mediante una puesta en escena directa, sucia, que visualiza a la perfección la crudeza de la historia. Una película triste en el fondo, con una banda sonora desoladora, con unas batallas cruentas y perfectamente rodadas para lanzar una mirada nada patriótica y sí desoladora alrededor de unos hombres que no fueron nada más que peones en un entramado de poder bélico y político. Capitán Conan, además, y siendo Tavernier el director es más llamativo, se aleja de los convencionalismo del cine bélico hollywoodiense más al uso para arrojar una mirada nada condescendiente y convencional.

    A favor: La puesta en escena de Tavernier, los actores, la música...

    En contra: Su duración.

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