Eddie

Edwina Eddie Franklin (Whoopi Goldberg), además de trabajar como chófer de limusinas, es una fan incondicional de los Knicks de Nueva York. Siempre que puede, se escapa a ver un partido, aunque sea desde el peor asiento del estadio. Incluso cuando el trabajo no se lo permite, ella se las arregla para escuchar cada jugada por la radio. Después de una larga racha de derrotas, los Knicks son comprados por un excéntrico millonario llamado Wild Bill Burgess (Frank Langella).

Un día, Eddie y Wild Bill coinciden en la misma limusina, así que la fiel seguidora aprovecha para darle al magnate una lección sobre la triste situación del equipo. Después de acudir a un partido y encestar un tiro libre durante el descanso, Wild Bill decide contratarla como entrenadora honoraria. La fuerza y el ánimo que transmite a los jugadores le valen un puesto como entrenadora oficial. Sin embargo, todo forma plan de un plan publicitario.