La soga es, sin duda alguna, la mejor película que he visto de Alfred Hitchcock hasta ahora.
No tiene mucho que comentar, solo que fascina que una historia te enganche tanto y te deje en un suspense constante, y que sobre todo, pase todo ello en una misma habitación, prácticamente. La mayor gran parte de la historia sucede en el salón. Al igual que en "La ventana indiscreta", una habitación, dónde se planta la cámara y empiezan a pasar cosas. Entran personajes, hablan los unos con los otros, se van... No se me ocurre mejor manera de ahorrar costes a producción en cuanto a localizaciones. Pero es que esto solo lo hace el británico de Alfred Hitchcock.
El reparto excepcional de la película junto a la gran dirección, hace de ella una película imprescindible de ver de toda la filmografía de este dios del suspense.
En esta historia contada en 77 minutos que es lo que dura, entra en juego Brandon (John Dall), un hombre carismático y bien perfumado que sabe lo que hace en cada momento, pero que le estropea estar en compañía de Phillip (Farley Granger), un hombre al que se le nota cuando miente. Y por último pero no menos importante ni mucho menos, llega Rupert Cadell (James Stewart), que literalmente es el maestro de estos dos citados anteriormente, y que no deja cabo suelto.
Son tres personajes con personalidades muy marcadas y diferentes, que consiguen tenerte el corazón en un puño.