Opiniones Tales From The Loop

Es difícil reseñar esta serie extraordinaria y no quedarse corto.

Empecemos por decir que transcurre a principios de los 80s en un pueblito de Ohio que cuenta con un centro científico subterráneo, el "Loop", donde "lo imposible se torna posible" y toma a una familia como eje de la trama pero no como protagonistas excluyentes: el abuelo Russ, director del Loop (Jonathan Pryce), su nuera, quien también tiene un puesto importante allí (la gran Rebecca Hall), el padre, dos hijos (Jakob y su hermano menor Cole, un extraordinario Duncan Joiner) y la abuela Klara (Jane Alexander).

En cada capítulo sucede algo extraordinario, a veces relacionado con objetos, pero ese suceso funciona en realidad como un disparador de dramas centrados en la soledad, el desamparo, el desencuentro y los vínculos amorosos o familiares. Sin abundar demasiado, y sin agotar la lista, lo extraordinario se relaciona a grandes rasgos con el tiempo, la identidad y la muerte.

Cada capítulo es en cierto modo autoconclusivo pero deja sutiles secuelas que siguen operando en los siguientes de manera lateral pero a veces abrumadora: pocas veces he visto vincular episodios de una serie de este modo.

El ritmo de los capítulos es lento pero hipnótico: la serie nos hace respirar con ella y capturarnos con su climas, sus imágenes cautivantes (con una iconografía basada en el artista sueco Simon Stalenhag) y la banda sonora minimalista de Philip Glass. Están a cargo de diferentes directores.

Podríamos afirmar, entonces, que el género corresponde a una ciencia ficción existencial y combina de manera magistral lo cerebral con una emotividad melancólica, a veces triste o francamente desoladora.

En suma, una de esas series extraordinarias que saben crear su propio universo, elegante, inteligente, bello y paradójico, con unos personajes enfrentados a situaciones que ponen en juego toda su humanidad y la nuestra.

Es difícil describir esta pieza maestra, pero intentaré ser lo más especifico posible. "Tales from the loop" es una icónica pieza maestra que combina la ciencia ficción futurista con el singular atractivo de los años 80, ya desde su secuencia de apertura denota minimalismo y una belleza soberbia, las notas en piano de su banda sonora, sumergen al espectador en un universo anacrónico debido a esa misma combinación ochentasa y futurista.

Quién tenga la dicha de verla, se sumerge en esta narrativa cargada de humanismo, sentimientos y emociones y hasta es capaz de sentir melancolía, de una época que claramente jamás conoció.

Absolutamente inmerso en este mundo atemporal, el espectador va navegando en medio de antologías que están todas interrelacionadas y que cada una hace que la anterior cobre aún más significancia.

Poniendo el foco en el hombre y su relación con la tecnología y la ciencia, esta serie hace que la mismísima Black Mirror parezca una producción universitaria.

Nunca verás algo igual, recuerdo haberla visto en su estreno y hoy termino de verla por segunda vez, produciendo las mismas sensaciones que 4 años atrás en su estreno. Sólo una serie de excelente calidad puede hacer retroceder al espectador a su estreno y generarle las mismas sensaciones.

La fotografía y la banda sonora son el alma madre de esta serie, y aunque el guión es sencillo, es extremadamente rico y obstinado, logrando por completo su cometido.

Es sin duda una de las mejores series de ciencia ficción que he visto y quedará para siempre en mi corazón por haber logrado conmoverme con sus historias.