Aunque la primera parte de The Tourist prometía mucho, siguiendo siempre esa estructura narrativa de los thrillers de suspense violentos al amparo argumental de éxitos como Fargo, Better Call Saul, Banshee o True Detective, resulta que todo queda en un vacuo intento. A medida que avanza la trama aparecen con más frecuencia las patinadas de un guión tan forzado como inverosímil. El ritmo decae estrepitosamente, y las actuaciones se convierten en una caricatura de lo que pretendían. Existen demasiados momentos aburridos para acabar con un desenlace previsible que, lamentablemente, no salva las expectativas. Y es una pena porque la historia tenía gancho y el escenario en el desierto australiano daba mucho juego.
Siempre es bueno ver a Jamie Dornan en una serie de drama. Es lenta, pero avanza, me da unos pequeños aires a tarantino, por los cortes de las escenas y en ocasiones lo irónico que resulta, paisajes desérticos pero atractivos