Escudo humano: episodios de la temporada 2

Isla Pucci. Después de que Chance y Guerrero rescaten a Winston, Chance dejará de ser guardaespaldas. Pero Ilsa Pucci, una multimillonaria, le pedirá ayuda después de la misteriosa muerte de su marido.

Chance acepta un encargo de Donnelly (M.C. Gainey), uno de los hombres para los que solía trabajar. A pesar de las advertencias de Winston, que no confía en las antiguas malas compañías, Christopher tendrá que proteger a la esposa de un hombre al que él mismo mató siete años atrás. Mientras, Ilsa se siente confusa acerca de los valores en la agencia y Ames trata de ganarse el afecto de Guerrero.

Chance sospecha que Ames está involucrada en algo turbio y decide seguirla hasta que la descubre robando explosivos en plena noche junto a Brody Rivera, un experto en demoliciones a quien conoce desde la infancia. Ames se siente en deuda con él porque pasó cuatro años en prisión por un robo que ambos cometieron y por el que ella no fue a la cárcel. Tras ser descubierta, Winston le reprocha su comportamiento y Ames se disculpa y explica la verdad sobre Brody. Chance obliga a Ames a contarle todo a Ilsa, quien se muestra comprensiva y le advierte que si vuelve a hacer algo así, se acabó todo. Mientras, Brody lleva los explosivos a un almacén del muelle para entregárselos a Mr. Markus, quien tiene otro trabajo para Brody. Uno grande.

Secuestran a Susan Connors, una amiga periodista de Ilsa, mientras investiga una historia sobre el delincuente paraguayo Miguel Cervantes. Así que Ilsa se va sola a Paraguay para intentar pagar el rescate de su amiga. Chance no puede creer que Ilsa haya intentado ver a Cervantes, el delincuente más peligroso de la Triple Frontera (Paraguay, Argentina, y Brazil). Nadie sabe dónde encontrar a Cervantes y asesinan a gente sólo por preguntar, así que Chance le dice a Ilsa que no hay ninguna oportunidad de rescatar a Susan, excepto una muy poco ortodoxa. Winston y Guerrero se niegan a tomar parte en el plan, pero explican a Ilsa que, unos años antes, Cervantes contrató a un asesino para derribar al presidente de Paraguay, y entonces Cervantes trató de matar al asesino. Así que es posible que este tipo, al que Chance conoce, les pueda ayudar.

Antes de que Chance y Winston puedan conocer a su último cliente, el coche de él explota en frente de ellos sin ni siquiera dar a conocer su nombre. A consecuencia de la explosión, el cliente de Chance y Wiston sufre una amnesia retrógrada que le impide recordar nada de lo sucedido antes del impacto. A partir de ese momento y con multitud de problemas por delante deberán descubrir quién intentaba matarle para conseguir resolver el caso.

Es casi Navidad, y Chance le pide a Winston que no compre un árbol, como hace cada año, a pesar de que sabe que a Chance no le gusta la navidad. Richard Applebaum tampoco está para celebraciones. Un hombre le amenazó con matar a su familia después de que Richard alertara a la Sociedad de Control de Medicamentos sobre la calidad de unas pastillas para reducir el colesterol que fabrica su empresa. De modo que pide ayuda a Chance y a su equipo para que protejan a su familia.

María, la ardiente revolucionaria sudamericana a la que Chance ayudó el año pasado está en San Francisco y quiere quedar con él. María le echaba de menos, y a pesar de que han sucedido muchas cosas desde entonces, ambos terminan besándose entre los disparos de unos matones que la están siguiendo. Y es que María tiene problemas con un movimiento en contra del dictador Víctor Escalante. Mientras tanto, Chance se está perdiendo una reunión con Ilsa y el resto del equipo, demostrando indiferencia hacia el liderazgo de su jefa. Cosa que no agrada a sus compañeros, que piensan que Chance considera a Ilsa como una compañera más que como una jefa. Chance insiste en ayudar a María, pero Winston y Guerrero no están de acuerdo.

Héctor López dispara su misil y alcanza el avión en el que se encuentran Chance e Ilsa. Chance rápidamente ocupa el puesto de copiloto y le dice a Ilsa que haga lo mismo. Mientras tanto, Winston y Guerrero discuten lo mucho que Ames va a la azotea para escribir los informes cuando, de repente, llega un detective privado amigo de Chance que necesita ayuda porque unos matones le están siguiendo y le esperan fuera. Pero Chance despierta en el avión, el piloto está muerto, el aparato en llamas y perdiendo combustible...

La misión que tendrán que resolver Chance e Ilsa en esta ocasión transcurrirá en la Opera. Y es que, un grupo de criminales ha secuestrado a varias personas dentro del edificio. Lo peor de todo es que la cuñada de Ilsa está entre las personas retenidas. Además, acusan a Guerrero del asesinato de un amigo, lo que lleva a Chance ayudarle a escapar de la cárcel.

Durante una visita al sur, el equipo descubre que los agentes locales han culpado a Guerrero por el asesinato de su amigo y le han metido en la cárcel. Como consecuencia de este suceso, Chance se verá obligado a ayudarle a huir.

Chance y su equipo deben proteger a un hombre al que han intentado asesinar en su coche. Lo que el hombre no sabe es que su mujer es en realidad una espía rusa encargada de sacar a la luz secretos de defensa clasificados. Mientras tanto, Ames tratará de ocultar un secreto personal del que no quiere que Chance tenga ningún conocimiento.

La novia del propietario de una agencia de seguridad rival acude a Chance y su equipo en busca de protección. Su prometido ha amenazado con matarla si le cuenta a alguien que también dirige una banda de asesinos a sueldo. Ilsa se introducirá por primera vez en el campo de batalla para esta misión y dos miembros del equipo estarán más cerca que nunca.

En el último episodio de esta segunda temporada, la investigación que Chance lleva a cabo tendrá consecuencias inesperadas. Y es que, tras seguirle la pista al último marido de Ilsa, descubre una red de mentiras que pueden suponer la ruptura del equipo para siempre.