Cada viernes, el coronel, vestido como tal, espera en el andén de la estación, la carta que debe anunciarle el pago de la pensión que se le prometió. Todos los habitantes de su pueblo saben que espera en vano. Hasta su mujer lo sabe. Pero el coronel continúa negando la evidencia. En su casa, se pasa hambre. Su mujer parece un saco de hueso y ...