Scott Richter estudió en la Universidad de Missouri (Columbia), donde se formó en radio y televisión. Siguió el camino que había iniciado en sus estudios trabajando en numerosas emisoras de radio como DJ y productor. De ahí viajó a Texas para trabajar simultáneamente en discotecas y radios. Una de sus ocupaciones sería la reedición de videoclips y otros visuales para convertirlos en versiones extendidas y únicas. En 1991 se mudó a Los Ángeles siguiendo su interés por los vídeos musicales. Su experiencia remezclando música le llevó al puesto de asistente de montaje y posteriormente al cargo de primer montador de vídeos musicales y spots publicitarios. En 1994, Scott y su hermano pusieron en marcha su propia compañía de edición de videoclips y spots. Scott tiene en su haber múltiples nominaciones a los premios MTV e incluso al Emmy.

Tras muchos años de éxito como uno de los mejores montadores en el terreno de los videoclips, se halló inmerso de repente en el mundo del cine. Se sintió atraído por el trabajo cinematográfico porque le permitía contar historias más profundas y que causaban una impresión más duradera. Scott disfruta impregnando a los personajes con su estilo personal, a la vez que conserva un interesante estilo visual. En la primavera de 2002, Scott fue elegido por el director nominado al Oscar Rob Marshall y por el montador también nominado Martin Walsh para ayudarle a fusionar los lenguajes del baile, la interpretación y la música en el galardonado musical Chicago.