La verdadera 'Misión Imposible' era que ese cómic hubiera salido completamente bien. Tom Cruise nunca permite que su cara salga en juguetes, videojuegos o tebeos, pero esto es pasarse
Tom Cruise nunca ha permitido que su cara salga en productos derivados de sus películas. Ni muñecos de acción, ni videojuegos, ni nada: si alguno ha salido a la luz, es simplemente un prototipo antes de que el actor más famoso del mundo lo rechazara (con la excepción de una aparición como Ethan Hunt en el juego LEGO Dimensions). Por eso, cuando Rob Liefeld recibió el encargo de hacer una precuela en cómic de la primera Misión Imposible, tuvo que hacerlo dejando de lado las características del actor y poniendo como protagonista a un héroe moreno de cara totalmente irreconocible. Ni por esas tuvieron la fiesta en paz.
Misión realmente imposible
Marvel, bajo la batuta de Paramount, hizo un cómic de 48 páginas que contaba cómo Luther fue echado de la CIA y ahondaba más en los motivos de Jim Phelps para traicionar a la FMI. Hasta ahí, todo bien. Se imprimieron miles de ejemplares antes de tener la aprobación de Cruise, paso imprescindible para seguir adelante, pensando que no habría ningún problema: al fin y al cabo el protagonista no se parecía a él, que era su único requisito, ¿qué podía salir mal? Todo. Todo podía salir mal.
Cruise obligó a cambiar dos dibujos de la página 3 donde, según el actor, Hunt aparecía demasiado femenino. La primera viñeta fue sustituida por la nada, dejando al personaje hablando fuera de plano, y en la segunda le quitaron la sonrisa de medio lado: estos dos cambios obligaron a destruir toda la tirada y volverla a sacar, aunque unos pocos ejemplares llegaron a ponerse a la venta en Reino Unido y ahora mismo se pueden comprar por un buen pellizco (unos 800 dólares en perfecto estado).
Todo sea dicho: Cruise no odiaba a Liefeld, su autor, ni mucho menos. De hecho le encantó su trabajo y le envió una carta en la que escribió "Quería decirte que Paula y yo creemos que has hecho un trabajo increíble en la portada del cómic de Misión Imposible. ¡Es la bomba!". De hecho, por lo que parece, Liefeld le regaló cómics y juguetes para sus hijos. Podría haber sido el inicio de una gran amistad... Si no fuera por unas viñetas "demasiado femeninas"