Con 33 millones de horas vistas, esta miniserie basada en hechos reales se cuela en el Top 10 de Netflix en su primera semana
Sara Heredia
-Redactora jefe SensaCine
Cargada con una mente abierta y mucha curiosidad, explora cualquier documental, película, serie y miniserie que empiece a hacer ruido.

Los pequeños fueron secuestrados y viajaron por todo el mundo a escondidas de su madre. Un suceso ocurrido en la vida real que tiene su propio libro

Para contar esta historia nos situamos en el México de los años 60. Valeria Goldberg es hija de una pareja de inmigrandes judíos rusos que huyeron de la Europa de principios del siglo XX para encontrar una vida más tranquila en un país que no paraba de mejorar. Ya allí se casó con un hombre con el que tuvo dos hijos. Un día, al llegar a casa, descubre que él y los niños han desaparecido sin dejar rastro.

Valeria no sabía que le esperaban dos años de espera y mucha lucha hasta que pudiera abrazar de nuevo a sus hijos. Necesitó la ayuda de un exagente del Mossad para dar con su paradero, ya que su marido, con el que estaba en trámites para el divorcio, saltaba de país en país con el único objetivo de hacer daño a Valeria.

Décadas después, esa niña que fue secuestrada escribió lo ocurrido en el libro Nadie nos vio partir, que un éxito de ventas y que ahora se ha estrenado en Netflix en la miniserie de mismo nombre. Se ha convertido en uno de los grandes estrenos de la plataforma de 'streaming' de los últimos meses y no es para menos, ya que la historia real es sobrecogedora.

Nadie nos vio partir esconde la pesadilla que vivió Valeria Goldberg al casarse, por conveniencia, con Leo Saltzman, hijo del influyente empresario Samuel Saltzman. Cuando ella comete un error imperdonable, los Saltzman se ponen contra ella y trazan un plan parar separarla de sus hijos, arruinar su reputación y dejarla sola y arruinada. Siguiendo el consejo de sus padres, Leo se lleva a los niños a Europa sin decirle nada a la madre.

Si ponerse en la piel de estos personajes ya pone los pelos de punta, imaginar a la joven Tamara Trottner siendo arrancada de su hogar de la noche a la mañana es, sencillamente, descorazonador. "Acabo de cumplir cinco años. Este es el último día de mi infancia", escribe en sus memorias.

30 años después de lo sucedido, Tamara Trottner se reencontró con su padre y pudo conocer su versión de los hechos. Según la autora, escucharle hablar de lo sucedido le ayudó a resignificar su historia y cerrar heridas abiertas. También señaló que su madre nunca habló mal de su padre y es algo que ella ha querido transmitir en la novela, donde cuenta su secuestro sin señalar directamente a culpables.

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