Escape de Kabul
por Tomás Andrés GuerreroEl director francés Martin Bourboulon deja atrás la comedia romántica y el cine histórico para adentrarse en un relato más serio: la evacuación de la embajada francesa en Kabul tras el regreso de los talibanes en 2021. 13 días, 13 noches está basada en el testimonio del comandante Mohamed Bida, la película muestra trece días de máxima tensión, donde cada decisión implica un dilema moral.
La película retrata con realismo el caos en Kabul: una embajada sitiada, un aeropuerto desbordado y el miedo constante en la población. Bourboulon evita los artificios del cine bélico y se centra en la tensión cotidiana: pasillos abarrotados, silencios incómodos y miradas cargadas de incertidumbre. El resultado es un 'thriller' opresivo que transmite la urgencia por escapar y la sensación de tiempo detenido, haciendo que el espectador viva la angustia de aquellos días.
Un complejo trabajo de interpretación
Roschdy Zem da vida al comandante Mohamed Bida, un hombre lejos del estereotipo del héroe clásico: vulnerable, lleno de dudas, pero consciente de la enorme responsabilidad que carga sobre sus hombros. Su interpretación refleja el dilema de proteger tanto a su equipo como a centenares de afganos que dependen de él. A su lado, Lyna Khoudri interpreta a una intérprete franco-afgana que representa el puente entre culturas y aporta la memoria de una tierra en fuga. Su personaje añade sensibilidad y un anclaje emocional a la trama. Juntos, forman un dúo que sostiene el corazón humano de la película, donde la fragilidad se convierte en coraje y la esperanza surge en medio del caos.
El guion, escrito por Martin Bourboulon junto a Alexandre Smia a partir de un testimonio real, se aleja de cualquier tono moralizante y se centra en construir un suspense constante. La tensión no nace de la acción espectacular, sino de la incertidumbre: cada decisión sobre quién será evacuado o quién quedará atrás supone una carga ética y emocional enorme. El montaje acompaña este clima de presión, combinando la calma tensa con irrupciones breves de violencia o angustia. Así, la película mantiene al espectador en vilo, atrapado en la sensación de que cada instante puede ser decisivo.
13 días, 13 noches se plantea como una reflexión política y moral sobre el papel de las democracias occidentales. Sin caer en discursos panfletarios, expone las contradicciones de cumplir con el deber cuando salvar a unos implica dejar atrás a otros. Bourboulon aborda la tragedia de los refugiados desde una mirada humanista, mostrando a funcionarios, intérpretes y militares que solo buscan mantener la dignidad en medio del caos, sin héroes perfectos ni soluciones simples.
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13 días, 13 noches confirma a Martin Bourboulon como un director capaz de ir más allá del cine de entretenimiento, abordando hechos históricos recientes con rigor. Alejada del espectáculo bélico, la película narra la epopeya íntima de quienes luchan por salvar a otros en medio del caos. El resultado es un filme intenso y éticamente profundo, imprescindible para entender tanto un episodio histórico como la fragilidad y grandeza de la humanidad.