Críticas
3,0
Entretenida
James y el melocotón gigante

Vuelos 'low-cost' en melocotón

por Nestor Hidalgo

Siguiendo el éxito de 'Pesadilla antes de Navidad' (1993), Disney y Tim Burton decidieron producir otra película de animación stop-motion dirigida por Henry Selick, esta vez adaptando el famoso libro de Roald Dahl sobre un huérfano que entra en un melocotón gigante y se hace amigo de un grupo de insectos antropomorfos. Selick decidió que no utilizaría la animación hasta que el protagonista James entra en el melocotón, por lo que los primeros 20 minutos del film son con intérpretes de carne y hueso, lo que retrasa el comienzo de la auténtica parte apasionante —la caricaturización de los adultos en las obras infantiles de Dahl puede ser peliaguda de representar, como experimento ese mismo año Danny DeVito con su adaptación de 'Matilda'—.

De manera ligeramente suicida para la carrera posterior de Selick, que se trate de una película de animación no hace de los personajes de 'James y el melocotón gigante' una opción evidente de merchandising en forma de muñecos, dado que su diseño no hace concesiones de amabilidad o ricura artificiales. La adaptación de la novela de Dahl tampoco pasa por alto los aspectos más duros y macabros del original (la repentina muerte de los padres de James), aunque sí realiza cambios sustanciales (por ejemplo, en el destino de las dos tías tiránicas) respetuosos con su espíritu. El resultado puede que sea un cuento infantil demasiado difícil de asignar a su tipo de público, pero precisamente por esa extrañeza resulta más reivindicable.

A favor: La mezcla de lenguajes: acción real y distintos tipos de animación stop-motion.

En contra: Las canciones de Randy Newman.