Primera fila ante la enfermedad
por Diana AlbizuEl segundo largometraje del prolífico e hiperactivo Michael Winterbottom en realidad era un trabajo para el canal BBC que disfrutó de distribución cinematográfica en algunos países. Se trata del desgarrador relato de cómo unos brotes de esclerosis múltiple afecta de manera fulminante y degenerativa a la vida de su protagonista, un obrero de la construcción (fantástica interpretación de Robert Carlyle) que, poco a poco, va cayendo en las garras de la enfermedad justo cuando parece haber encontrado a su alma gemela en Juliet Aubrey.
Winterbottom logra sortear la mayoría de peligros tremendistas de los dramas médicos, aunque es inevitable seguir con un nudo en la garganta el desarrollo de la enfermedad de Nick (Carlyle) y la erosión que causa en su relación con Karen (Aubrey), el sufrimiento de sus padres, familiares y amigos. Sin embargo, el estilo naturalista y libre del cineasta británico, unido a una impecable dirección de actores, consigue que nos sintamos parte integrante del círculo íntimo de Nick y que nuestro sufrimiento sea lo más genuino posible, sin exhibicionismo del dolor. Es un registro muy delicado, que no siempre consigue, pero que deja ver detrás al gran narrador audiovisual que Winterbottom terminaría demostrando ser.
A favor: Robert Carlyle, dándolo todo por su personaje.
En contra: La inevitable caída en cierto sentimentalismo al hablar del sufrimiento de una enfermedad.