Críticas
0,5
Pésima
Noche de fin de año

As seen on TV

por Gonzalo de Pedro

El product placement es esa disciplina de la magia que hace aparecer como natural lainserción de una marca comercial en un contexto artístico. Y lo hace, obviamente, sinironía ni sarcasmo: es un anuncio mágicamente disimulado (o no) en un contenido nocomercial (a priori). 'Noche de fin de año' vendría a ser la sublimación pornográfica, lareescritura obscena de esa artesanía que busca hacer pasar por cultura lo que escomercio, o al menos, que busca disimular como contenido lo que quiere ser plusvalía.Porque en 'Noche de fin de año' el product placement no es un añadido, sino el leitmotivde la película entera, concebida como un gigantesco anuncio... de nada. O casi. Pocoimporta en realidad la trama (o tramas, porque estamos ante una película coral,estructurada como un puzzle, de dificultad nula, eso sí), poco importan las historietas delos personajes en busca de una segunda oportunidad para recomponer aquella parte desus vidas que tienen rota antes de que termine el año, porque lo que importa es la ventaal por mayor, y en varios niveles. No se trata solo ya de que la película transcurra enTimes Square, ese templo contemporáneo de la contaminación lumínica, consagrado aldios neón, no se trata que la película sea solo un soporte por el que van desfilando, demanera poco disimulada marcas comerciales de todo pelaje y películas de próximoestreno a cargo, imaginamos, de los mismos productores; no es solamente que la películapretenda vender la imperiosa necesidad de pasar el fin de año (la nueva nochebuenapagana, con la cuenta atrás como nuevo mesías) chupando frío en Times Square, no setrata de que la película sea algo así como un gigantesco anuncio navideño de Nueva Yorkideado por un publicista en prácticas. Porque en realidad, lo que está vendiendo lapelícula, por encima de todas esas publicidades más obvias, es esa nueva y perversaideología del pensamiento positivo, que traspasa la responsabilidad de las crisis (decualquiera, desde la económica a las sanitarias) al ciudadano de a pie, obligado a pensarpositivamente si quiere salvar el pellejo. Es la nueva religión positivista, que nada tieneque ver con la corriente filosófica y sí con el inmenso negocio de vender a la gente la ideade que todo es posible si se piensa mucho, y cerrando mucho los ojos, en ello. Así, eldesfile de famosos que prestan su cara a la película, desde Jon Bon Jovi a Robert deNiro, hacen que la nueva película del responsable de 'Pretty Woman' sea digna deemitirse, en exclusiva y en bucle perpetuo, en cualquier canal de teletienda.

A favor: Comprobar que Jon Bon Jovi es tan mal actor como podíamos imaginar.

En contra: Comprobar que Jon Bon Jovi, además de actuar mal, sigue empeñado encantar.