Críticas
3,0
Entretenida
Exodus: Dioses y reyes

Neo-Peplum

por Xavi Sánchez Pons

Desde que recién iniciado el siglo XXI Ridley Scott recuperara a lo grande el péplum con la exitosa y efectista Gladiator, el género ha vuelto para quedarse y ser objeto de toda clase de revisiones. 300, la saga de Furia de Titanes, Inmortals (la película Tarsem Singh es una de las relecturas más locas) o la más reciente Noé, son algunos buenos ejemplos de lo que se podría calificar como neo-péplum, un nuevo cine histórico de aventuras donde el CGI, la épica, el exceso y los guiños a los clásicos del género europeos y norteamericanos, son las señas principales de identidad. Quizás para el reclamar el cetro de rey del neo-péplum, el director de Alien se ha atrevido con Exodus: Dioses y reyes, un filme que intenta mostrar de forma más cruda la historia bíblica de Moisés y la fuga de Egipto de cientos de miles de hebreos. 

Los hechos que relata Exodus: Dioses y reyes son casi los mismos que se podían ver en Los diez mandamientos de Cecil B. DeMille (1956), si bien esta nueva versión hace especial hincapié en el enfrentamiento entre Moisés y Ramsés II, su antagonista egipcio, dejando de lado otros como el episodio del becerro de oro y la génesis del famoso decálogo (ambos son presentados en los últimos minutos de la cinta de forma atropellada). La versión de Scott, de forma acertada, opta por el tono tenebroso y la crudeza para insuflar nueva vida al mito. El duro trato que reciben los esclavos hebreos, mostrado sin tapujos, o la forma explícita en que son presentadas las plagas (la secuencia de los cocodrilos está entre lo mejor del filme), dotan de cierta tenebrosidad al filme. Una película que luce cuando apuesta por el cine espectáculo (la batalla inicial, las plagas, la obertura del Mar Rojo) y flojea en sus momentos íntimos (el romance entre Moisés y Séfora, las apariciones de Dios en forma de niño). Esa falta de equilibrio hace que la historia pierda interés en muchos de sus tramos, restando pegada al conjunto. Con un ritmo trepidante, algunos cambios en el casting (John Turturro como faraón padre resulta a ratos risible) y más sentido de la maravilla, Exodus: Dioses y reyes hubiera funcionado mejor. La cosa se queda en un entretenimiento palomitero digno y vistoso para estas navidades. 

A favor: la crudeza con la que son presentadas las plagas

En contra: en muchos momentos la historia pierde interés