Críticas
2,5
Regular
Clínicamente muerto, sexualmente vivo

Corazón salido

por Bibi Ramos

Terrible adaptación al castellano de un título cuyo original rezaba algo así como ¿Me amas?. La caratula de la cinta tampoco resultaba demasiado afortunada, aunque supongo que era la forma de activar más fácilmente cierto reclamo. En la parte superior de la misma, podemos observar la línea de la vida según uno de esos monitores médicos donde en el cine uno suele debatirse entre el coma, la vida y la muerte. De una línea recta horizontal, tras la traducción del título Clínicamente muerto, sexualmente vivo, pasamos a un zigzagueo optimista que concluye en una forma fálica. Bajo este nuevo registro, la foto de dos cuerpos enmarañados formando una bola en postura de 69. Aunque el voltaje del filme no sea tan alto como esta presentación quiere hacer creer, está claro cuál fue la carta que los distribuidores quisieron jugar.

El filme del griego Giorgos Panousopoulos se desarrolla más en el ámbito del erotismo y la sensualidad más que en un registro tan explícito y tosco. Combinando drama romántico y comedia, nos presenta un proceso de trasplante de corazón tras el cual, y después de que fallezca el dueño originario, seguiremos al nuevo cuerpo que lo acoge. Es un corazón sediento de sexo y acompañaremos al nuevo portador (Giorgos Konstas) en ese divertido y aventurero renacer sexual por Grecia.

A favor: Su mirada hacia la sexualidad, entre cierta inocencia y una intensa sensualidad.

En contra: Que su punto de partida argumental se quede en lo anecdótico y no logre ir mucho más allá.