Críticas
4,0
Muy buena
Los Tigres

Unos insuperables Antonio de la Torre y Bárbara Lennie

por Andrea Zamora

Antonio y Estrella se juegan la vida casi cada día. Viven con un pie en la tierra y otro en el agua. Un simple reloj de muñeca marcó sus destinos cuando eran solo unos niños. Su padre, buzo profesional, los crio para competir y comprender los misterios del mar. Un día, lanzó su reloj al agua y los retó a ver quién lo encontraba primero. Lo que parecía un juego era, en realidad, una lección. Antonio emergió con el reloj en la mano. Estrella salió con un tímpano roto. Con esa potente escena inicial, el director Alberto Rodríguez deja claro desde los primeros segundos de Los Tigres hacia dónde se dirige su nueva película. Este filme, que consolida la brillante trayectoria del cineasta tras La isla mínima (2014) y Modelo 77 (2022), confirma su maestría en el 'thriller'. Los Tigres es una obra madura, inteligente y visualmente poderosa que promete seguir elevando su carrera.

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Los Tigres cuenta la historia de Antonio (Antonio de la Torre) y Estrella (Bárbara Lennie), hermanos dedicados al buceo profesional en el sector petrolero. A él le apodan El Tigre porque es el mejor en su trabajo. Ella se queda en la barcaza, controlando a su hermano, manteniéndolo conectado a la tierra. Su oído dañado le impide descender más de 20 metros, pero cuidar de los suyos es algo que siempre ha hecho. Desde que su padre enfermó, Estrella renunció a su sueño de trabajar en una reserva marina y regresó a Huelva para cuidar de él. Esa responsabilidad se extendió a Antonio, que fuera del agua es un desastre.

Agobiado por las deudas y con una denuncia pendiente por impago de manutención, Antonio idea un plan para acabar con sus problemas. Su oficio es arriesgado y está mal pagado, pero ha descubierto que un barco cercano transporta cocaína. Planea robar una pequeña cantidad, venderla y así pagar lo que debe. Después abrirá una escuela de buceo y vivirá de ella. Así que Antonio, que no sabe que Estrella se está preparando para tener otra vida en el mar, eleva la peligrosidad de su trabajo: ya no es solo sumergirse sabiendo que su cuerpo es una bomba de relojería, también quiere jugar al narcotráfico. Ahora puede morir dentro y fuera del agua.

El plan para extraer la cocaína sin levantar sospechas es de Estrella. Ella, cabeza pensante. Él, brazo ejecutor. Forman un buen equipo, sí. Llevan haciéndolo desde pequeños. Pero a Antonio le chantajean, no hace caso a su hermana y los problemas, que no eran pocos, crecen y se complican.

Tensión bajo el agua

Los Tigres es un 'thriller' impecable, con personajes construidos con una precisión admirable. Rodríguez, junto a su coguionista habitual Rafael Cobos, da forma a Antonio y Estrella con tal nivel de detalle que basta poco para entender sus heridas, sus vínculos y sus motivaciones. Antonio de la Torre y Bárbara Lennie firman aquí interpretaciones memorables. Ella, además, encarna uno de los personajes femeninos más sólidos del año. La química entre ambos actores en pantalla es sobresaliente.

Rodríguez y Cobos llenan la película de tensión a través de varios frentes: la cuenta atrás del oxígeno en cada inmersión, la fragilidad de la salud de Antonio, las limitaciones físicas de Estrella y, finalmente, la irrupción del peligro cuando la droga entra en escena. Cada elemento encaja con naturalidad, como piezas de un puzle que se completan ante los ojos del espectador.

Las escenas submarinas son el punto álgido del filme. Rodríguez aprovecha cada secuencia de buceo para desplegar su talento con el suspense, alternando las perspectivas: a veces somos Antonio en las profundidades; otras, Estrella en la superficie, observando con angustia. Solo una decisión de guion en el clímax final debilita levemente lo que hasta entonces era casi perfecto. Aun así, Los Tigres se mantiene como una obra notable en la filmografía del director.

El filme, además, resulta honesto en su visión del fracaso. Aquí los protagonistas no salen indemnes: Estrella vuelve a quedar atrapada y el plan de Antonio se desmorona desde el principio. Ambos se ven forzados a adaptarse a los golpes del destino. Llegan al final heridos, por dentro y por fuera. Pero Rodríguez, siempre justo con sus personajes, les concede una última chispa de esperanza: desde el fondo del océano, aún se vislumbra la luz.