Críticas
3,0
Entretenida
May

Felicidad fragmentada

por Diana Albizu

El primer largometraje para cine de Lucky McKee, uno de los más interesantes nuevos director de terror que surgió en la década de los 2000s, parte de una reinterpretación de 'Frankenstein' pasada por el filtro de la dificultad para encontrar relaciones sólidas en nuestra sociedad contemporánea. Angela Bettis realiza un consistente recital interpretativo como May, una veterinaria tímida y con problemas de socialización que sólo ha tenido una amiga de verdad en su vida: una muñeca que guarda en una vitrina. Su búsqueda de contacto humano va chocando con distintas decepciones (el chico que le gusta, Jeremy Sisto; la chica lesbiana que va detrás de ella, Anna Faris, muy contenida en un papel dramático) hasta que decide pasar a la acción y ensamblar a su propia mejor amiga, que tendrá todas las partes del cuerpo perfectas.

Aunque lo fácil sea encuadrar 'May' dentro del género de terror, habida cuenta de que incluye muertes violentas, mutilaciones, tensión atmosférica y una aproximación más o menos tierna a una figura de mad doctor femenina, lo cierto es que en realidad está más cerca del drama emocional que de escribir un nuevo episodio en la crónica de la Nueva Carne cronenbergiana. De ahí la importancia de la sutilidad de Bettis en su interpretación y el pulso de McKee en la narración para dotar de un trasfondo muy humano (y trágico) el retrato de lo que la sociedad marcaría como un monstruo disfuncional pero que es un producto directo de su bombardeo de ideales físicos.

A favor: Angela Bettis.

En contra: Da la sensación de que McKee todavía no explota todo su potencial.