Dos contra el mundo
por Xavi Sánchez PonsEl new queer cinema dio muchas alegrías en la década de los noventa. Uno de sus directores más destacados fue Gregg Araki, cineasta que no se prodiga mucho en la actualidad pero que a día de hoy posee una de las filmografías más coherentes dentro del cine norteamericano independiente de las últimas dos décadas.
Vivir hasta el fin es una sus películas más libres y pasadas de vueltas, y funciona como un trasunto gay lleno de incorrección política de la timorata y para todos los públicos Thelma y Louise. Si por algo se caracteriza el cine de Araki es por su absoluta libertad, tanto en la forma como en el contenido, y este filme es una buena prueba de ello. Hay que reconocer que esta violenta, provocadora, tremendamente divertida historia de amor fou entre dos hombres a la fuga no ha envejecido del todo bien, pero es tal la fuerza librepensadora del cine del director de Maldita generación, que se le perdona la fecha de caducidad.
A favor: su descaro y atrevimiento
En contra: su carácter demodé