Críticas
4,0
Muy buena
Instinto básico

El thriller de los noventa

por Israel Paredes

La carrera de Paul Verhoeven en Estados Unidos comenzó en 1985 con Los señores del acero y continúo con dos éxitos como Robocop y Desafío total. El cineasta holandés dejó claro que era un cineasta capacitado para afrontar retos, para adentrarse en la industria hollywoodiense sin dejar de imprimir su huella personal en cada propuesta. Pero nada comparado a lo que lograría con Instinto básico en 1992, cuando a partir del guion del siempre polémico Joe Eszterhas, propuso un thriller de corte erótico –que tomaría modelos anteriores para crear otros que sería repetidos después de manera casi obsesiva por la industria norteamericana del cine- rodada con un pulso trepidante mediante una puesta en escena medida y calculada, conscientemente fría pero llena de tensión y sin negar un toque de ironía en todo momento. El problema de Instinto básico se produjo más fuera que dentro de la pantalla al convertirse en película polémica, la cual conlleva siempre una sobrevaloración o una infravaloración del productor que nada tiene que ver con sus cualidades reales. Lo cierto es que la película es tramposa, y eso puede resultar irritante, eso sí, más en segundos visionados que la primera vez que se ve. Entonces, uno se deja envolver por el laberinto narrativo creado por el director y el guionista y en la historia de pasión desmedida y desbordada que va avanzando hacia un final lleno de giros pero siempre repleto de tensión. Uno de los mejores thrillers de los noventa y con un buen número de secuencias de gran intensidad e inolvidables.

A favor: Sharon Stone y la puesta en escena de Verhoeven.

En contra: Tanto giro de guion la convierten en una película tramposa, aunque no sea suficiente como para anular la propuesta general.