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¡Kathryn Bigelow es una monstrua! Después de ver la polémica "Zero Dark Thirty" solo puedo dar las gracias a su directora por hacer cine. La fidelidad con la realidad, no refiriéndome a si los datos que se exponen son ciertos o no, sino por no mostrar ningún elemento hollywoodiense para alimentar la película de expectación, hacen que el realismo del film sea palpable en las dos horas y media que tiene de duración. Y prefiero a Bigelow antes que otros directores porque su originalidad radica en que explica sucesos actuales sin temor a los reproches y consecuencias, a diferencia de otros que se limitan a montar un espectáculo grandilocuente al explicar una guerra que sucedió hace doscientos años. A la mayoría del público nos interesan más temas de actualidad que reflejen nuestra forma de actuar y con las películas de Bigelow, en las que ejerce sobretodo como una periodista, lo tenemos en las manos.
Mark Boal, guionista y pareja de Bigelow, escribe una crónica perfecta que, en vez de plasmarla en los periódicos donde estamos acostumbrados a leer, sabe llevarlo al género cinematográfico escribiendo, para mí no hay duda, el mejor guión del año. Además de ser uno de las más elaborados, tanto por conseguir una precisión temporal y verídica como por los recursos que han tenido que lograr ambos colaboradores para poder crear el thriller de la década. Un trabajo sólido que es el principal elemento que brinda tensión a la película. Claro que no es una película disfrutable, pero ya sabes lo que vas a ver. Aunque el arte es bueno siempre que te transmita algo y vivir una experiencia adrenalínica pegado a la butaca también puede ser gozado, aunque no hayan risas. Otro logro que han conseguido Bigelow y Boal es un fenómeno que puede pasar desapercibido, pero que muy pocas películas consiguen: "Zero Dark Thirty" me atrapó desde el primer segundo y no me dio la oportunidad de apartar la vista hasta que finalizó el metraje.
Jessica Chastain vuelve ha demostrar que no hay personaje que se le resista. Y, aunque hace dos años nadie la conocía, ahora es una estrella con talento. Su capacidad interpretativa no tiene límites y en tan solo cuatro producciones, por poner un ejemplo numérica, ya ha demostrado que es una camaleona delante de las cámaras. Destacar con un personaje como Maya, del que no se sabe ni quien es ni de donde viene, un personaje frío calculador, en ocasiones sin sentimientos, es una tarea muy difícil y Chastain se apodera haciendo un excelente trabajo.
La factura técnica de la película es brillante, aunque algo discreta. Empezando por la banda sonora, que la escuché previamente y no me llamó la atención, pero en el film me resultó muy notable y adecuada. El montaje es otro de los apartados en los que la película es correcta. Y la fotografía que, en la primera parte del film, no se destaca pero en la última media hora cumple la función de narrador y, entonces, es cuando te percatas de su brillantez. En resumen, muchos acusarán a esta película de manipuladora o mentirosa, pero en los tiempos que corren me creo más a Kathryn Bigelow que a una pandilla de políticos.
NOTA: 9/10
Mark Boal, guionista y pareja de Bigelow, escribe una crónica perfecta que, en vez de plasmarla en los periódicos donde estamos acostumbrados a leer, sabe llevarlo al género cinematográfico escribiendo, para mí no hay duda, el mejor guión del año. Además de ser uno de las más elaborados, tanto por conseguir una precisión temporal y verídica como por los recursos que han tenido que lograr ambos colaboradores para poder crear el thriller de la década. Un trabajo sólido que es el principal elemento que brinda tensión a la película. Claro que no es una película disfrutable, pero ya sabes lo que vas a ver. Aunque el arte es bueno siempre que te transmita algo y vivir una experiencia adrenalínica pegado a la butaca también puede ser gozado, aunque no hayan risas. Otro logro que han conseguido Bigelow y Boal es un fenómeno que puede pasar desapercibido, pero que muy pocas películas consiguen: "Zero Dark Thirty" me atrapó desde el primer segundo y no me dio la oportunidad de apartar la vista hasta que finalizó el metraje.
Jessica Chastain vuelve ha demostrar que no hay personaje que se le resista. Y, aunque hace dos años nadie la conocía, ahora es una estrella con talento. Su capacidad interpretativa no tiene límites y en tan solo cuatro producciones, por poner un ejemplo numérica, ya ha demostrado que es una camaleona delante de las cámaras. Destacar con un personaje como Maya, del que no se sabe ni quien es ni de donde viene, un personaje frío calculador, en ocasiones sin sentimientos, es una tarea muy difícil y Chastain se apodera haciendo un excelente trabajo.
La factura técnica de la película es brillante, aunque algo discreta. Empezando por la banda sonora, que la escuché previamente y no me llamó la atención, pero en el film me resultó muy notable y adecuada. El montaje es otro de los apartados en los que la película es correcta. Y la fotografía que, en la primera parte del film, no se destaca pero en la última media hora cumple la función de narrador y, entonces, es cuando te percatas de su brillantez. En resumen, muchos acusarán a esta película de manipuladora o mentirosa, pero en los tiempos que corren me creo más a Kathryn Bigelow que a una pandilla de políticos.
NOTA: 9/10